Dejar el pasado atrás duele, pero no es imposible







Cada vez que veo estas fotos, cada recuperación, cada caída sabiendo lo que me esperaba.
Me invade un dolor y tristeza interior irrefrenable. Es imposible borrar las huellas que el paso de la vida deja en nosotros. Las mías estás bien marcadas en ambas rodillas..., y lo extraño, es que, a pesar de ello, donde más cicatrices tengo y heridas que sanar es en mi interior.

Me duele ver cada foto de lo fui y nunca seré, de aquello que parecía y jamás pude demostrar. Me duele lo fuerte que tuve que ser y lo débil que me fui convirtiendo con el paso del tiempo. 10 operaciones son muchas, lo sé. Es una absoluta locura. Pero más locura para mí ha sido abandonar mi pasión, mi vida...

Y ahora lucho por otras cosas, me motivo y tengo mis ratitos de felicidad, ¡faltaría más!
Pero sigue ese vacío..., esa falta, ese "ser yo".

Hace menos de un año estaba a punto de vivir un año maravilloso, con las mejores sensaciones que nunca había tenido..., pero todo de volvió a esfumar en una acción de 10.000 que suceden igual.

Sigo fuerte, sigo con ganas de más, sigo intentando reponerme y superarlo a diario.

Pero, "nadie dijo que fuera fácil"...

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