Altibajos emocionales durante la recuperación
Cuando nos estamos recuperando de una lesión es muy usual tener distintas fluctuaciones en nuestro estado anímico. Unos días nos sentimos fuertes, motivados y con ganas de superar cualquier obstáculo, pero también pasamos por días en los que no creemos ser capaces de avanzar o nos sentimos tristes por la situación actual que estamos afrontando.
Será muy importante durante nuestro proceso recuperador:
1. Normalizar estos cambios anímicos. Es absolutamente normal viajar en una montaña rusa de emociones mientras pasamos por un procesos rehabilitador, pues nos enfrentamos a situaciones ambiguas, que no manejamos, y, a veces, dolorosas que nos hacen sentirnos débiles y vulnerables por momentos.
2. Ser compasivos, aceptar nuestros momentos de bajón y darnos el tiempo necesario para desahogarnos y reponernos. Ser conscientes de que estamos atravesando un camino, el cual va a tener cuestas hacia arriba, piedras que nos obtaculicen pero también cuestas hacia abajo.
3. Ser capaz de aceptar el "rol de enfermo". Esto está muy relacionado con el punto anterior. Debemos asumir que durante un periodo de tiempo vamos a tener que bajar el ritmo y darle tiempo a nuestro cuerpo para recuperarse, y que no estar "tan bien" es válido y no pasa absolutamente nada, pues será circunstancial.
4. Identificar qué emoción sentimos. Debemos saber qué está pasando por nuestra cabeza (PENSAMIENTOS) y qué está generando: ¿tristeza, rabia, enfado, impotencia...? Cada una de esta emociones generará reacciones fisiológicas que debemos afrontar de manera diferente.
5. Corregir los pensamientos negativos que generan estas emociones "no deseadas". Esto nos dará la posibilidad de controlar un poquito más esas fluctuaciones, ya que debemos evitar entrar en un bucle de pensamiento-emoción negativos.
Poder trabajar todas estas pautas con un profesional de la psicología deportiva, nos ayudará no sólo a enfrentarnos mejor a la lesión, sino a poder pasar por el proceso sin necesidad de sufrir.
Será muy importante durante nuestro proceso recuperador:
1. Normalizar estos cambios anímicos. Es absolutamente normal viajar en una montaña rusa de emociones mientras pasamos por un procesos rehabilitador, pues nos enfrentamos a situaciones ambiguas, que no manejamos, y, a veces, dolorosas que nos hacen sentirnos débiles y vulnerables por momentos.
2. Ser compasivos, aceptar nuestros momentos de bajón y darnos el tiempo necesario para desahogarnos y reponernos. Ser conscientes de que estamos atravesando un camino, el cual va a tener cuestas hacia arriba, piedras que nos obtaculicen pero también cuestas hacia abajo.
3. Ser capaz de aceptar el "rol de enfermo". Esto está muy relacionado con el punto anterior. Debemos asumir que durante un periodo de tiempo vamos a tener que bajar el ritmo y darle tiempo a nuestro cuerpo para recuperarse, y que no estar "tan bien" es válido y no pasa absolutamente nada, pues será circunstancial.
4. Identificar qué emoción sentimos. Debemos saber qué está pasando por nuestra cabeza (PENSAMIENTOS) y qué está generando: ¿tristeza, rabia, enfado, impotencia...? Cada una de esta emociones generará reacciones fisiológicas que debemos afrontar de manera diferente.
5. Corregir los pensamientos negativos que generan estas emociones "no deseadas". Esto nos dará la posibilidad de controlar un poquito más esas fluctuaciones, ya que debemos evitar entrar en un bucle de pensamiento-emoción negativos.
Poder trabajar todas estas pautas con un profesional de la psicología deportiva, nos ayudará no sólo a enfrentarnos mejor a la lesión, sino a poder pasar por el proceso sin necesidad de sufrir.
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