Todos los jugadores cuentan

Todos los jugadores cuentan independientemente
 de los minutos que jueguen:

Un problema muy común entre los componentes de un equipo es la aceptación del rol por parte de todos los integrantes. Con frecuencia, encontramos a jugadores que al no jugar los minutos suficientes sienten que no están contribuyendo con el equipo o, incluso, se sienten dejados de lado.

Es labor nuestra, de los entrenadores, ayudar a que cada jugador acepte el rol que tiene dentro del equipo.

¿Cómo podemos hacer esto?

Primero, debemos de minimizar las diferencias de estatus entre roles, es decir, que entre los componentes del equipo no exista la creencia de que el importante es el que marca los goles o el que es designado como capitán.

Segundo, tenemos que enfatizar que el éxito del equipo depende de la contribución de cada uno de los miembros que forman dicho equipo, y sin la suma de todos y cada uno, el éxito no llega.

Tercero, debemos de intentar darles roles de importancia a los jugadores que sientan que tienen menos peso en el equipo. Que sean los encargados de la música, los primeros al posicionarse en la fila, dar la opción de que sean capitanes a medio o corto plazo, u otorgarle la obligación de animar al resto de sus compañeros durante los entrenamientos y partidos. Esto es lo que nosotros hemos llamado el rol del "cheerleader", cada semana dos jugaores son los encargados de resaltar las virtudes de sus compañeros, animar, aumentar y pedir intensidad a sus compañeros.


*A nuestros jugadores (de fútbol y balonmano) se lo explicamos de la siguiente manera:

Realizamos una sesión grupal en la que debatimos por grupos sobre las siguientes preguntas:

- ¿Cuántos jugadores están dentro del campo jugando?
Los de balonmano responderán 7, los de fútbol responderán 7 u 11, dependiendo de la categoría.

- Muy bien, ¿y cuántos hay en el banquillo? 7, 5…, los que sean. La cosa es la siguiente: si todos los jugadores que están en el campo juegan dándolo todo tendremos una fuerza grupal de 7, ¿y si todos los que están en el banquillo están de la misma manera, aportando todo lo que pueden desde su posición? Tendremos más fuerza, ¿no?

- Imaginemos que el otro equipo tiene 15 jugadores todos motivados, animándose entre ellos y disfrutando aunque estén sin jugar; mientras que nosotros tenemos 15 pero 3 de los compañeros que están en el banquillo están “tristes o enfadados” por no jugar…
Si veis, ya no tendríamos una fuerza de 15, sino de 13. Pero ellos sí…, ¿quién presenta más probabilidades de ganar el partido en esta situación?

La conclusión:

- Por eso nosotros siempre debemos ser los que tengan a todos y cada uno de los jugadores enchufados, dispuestos a dar su 100% donde les toque. ¿A caso si estáis lesionaos no animáis a los compañeros? Al revés, os volcáis más con ellos porque es la única forma de ayudar. Esa debe ser vuestra actitud cuando estéis sentados en el banquillo, la de sumar a vuestro equipo, la de mandar toda la fuerza posible, la de hacer que vuestros compañeros crean que se pueden esforzar un poquito más…

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