Balance de Octubre
¡Hola de
nuevo!
El
ritmo tan ajetreado que estoy intentando llevar me pasa factura y es que no
tengo apenas ratitos para mí. Bueno sí, pero son los que uso para entrenar, de
ahí que me esté costando llevar al día el Blog.
El
balance de la semana pasada fue bastante positivo. Cada vez adaptándome mejor a
los horarios que tengo que compaginar: entrenar a los peques de balonmano,
impartir las sesiones de valores en el club deportivo, clases particulares de
inglés, clases del Máster de Neurociencias y mis entrenamientos de boxeo y
crossfit. Parece un poco locura pero organizándote se puede con esto y más.
En
cuanto a las “sesiones de valores” están resultando ser una pasada. En una
horita se puede explicar poco pero, a la vez, se puede trabajar mucho. En estas
primeras sesiones nos estamos centrando en trabajar el concepto de rendimiento,
explicar en qué cosiste y cuáles son los factores que componen el rendimiento
de cada deportista y, desde este punto, centrarnos brevemente en aquello que
puede afectar al mismo.
Muy
resumidamente hablamos de aquello que pensamos, dando un especial énfasis a lo
que el deportista se dice a sí mismo, es decir, el diálogo interno que mantiene
consigo mismo; lo que sentimos, cómo las emociones determinan muy mucho la
forma en la que actuamos y la propia interacción entre ambos conceptos que
tiene como resultado la conducta. Por último, damos unas pequeñas pinceladas a
los nervios que pueden sentir antes de los partidos o incluso durante
entrenamientos con una alta intensidad, esta parte nos ha parecido
especialmente interesante tratarla ahora pues estamos al comienzo de las
distintas competiciones, muchos jugadores no se han enfrentado a estas
sensaciones jamás y es imprescindible que sepan reconocer los síntomas que les
avisan de que se sienten nerviosos. Para terminar, aplicamos todo lo hablado al
comienzo de la sesión sobre lo que pensamos, lo que nos decimos y lo que
sentimos, para ayudar a paliar estos síntomas y conseguir estar en un correcto
punto de activación.
A
colación de esto comentar que el equipo alevín con el que estoy colaborando
mejora por semanas. Es una pasada poder ver cómo se transforman poco a poco en
luchadores que buscan la victoria a pesar de todo.
El
jueves pasado disputaron un torneo realizado aquí en Granada, en memoria de
Antonio, un ex-jugador de We que por desgracia no se encuentra entre nosotros.
Fueron invitados a este torneo equipos de las mejores canteras de Andalucía
tales como Sevilla, Betis, Córdoba o Málaga. Unos equipos que ponían el nivel
de exigencia muy alto para lo que vienen estando acostumbrados nuestros chicos
pero, por supuesto, nada como ponerse un reto difícil para superarse.
Los
dos primeros partidos que disputaron daban señas de que algo estaba cambiando
en ellos, algo estaba germinando de forma muy positiva. Plantaron cara a un
equipazo como era el del Sevilla e incluso se consiguió ganar ese partido por
la mínima, luchando y sufriendo como no lo habían hecho hasta ahora. Por
supuesto, son niños y aún están aprendiendo, de ahí que el tercer partido fuera
mucho más regular, la actitud cambió radicalmente en ellos, se vieron “superiores”
y dejaron de luchar como en los partidos anteriores, de hecho muchos de ellos “lesionados”
decidieron “borrarse” del partido antes de tiempo. Como bien saben ellos si no
hay actitud no importa el talento que tengas y así es como se perdió ese
partido. A pesar de esto pasábamos como primeros de grupo y estábamos en las
semifinales por lo que debíamos actuar rápido y hacerles cambiar el chip como
fuera.
La
charla-“regañina” que tuvo lugar en aquel vestuario hizo que despertaran de ese
sueño de mentira que se habían creado ellos mismos y bajaran al mundo real para
enfrentarse a un nuevo rival que de fácil tenía poco. Se les habló de los
valores de compañerismo, de humildad y, sobre todo, del sacrificio por el
equipo. Olvidarse del malestar individual para pensar en la gloria colectiva,
eso es lo que hace equipos campeones. Lo que vino a continuación fue un
espectáculo. Dos de los jugadores que en el partido anterior estaban “lesionados”
llorando salieron al campo a comerse a cualquiera que tuviera la valentía de
ponerse delante, una brutalidad de partido el que hicieron ambos. Los demás
volvieron a ser ellos luchando cada balón, peleando en cada jugada. Demostraron
que querían esa victoria. De hecho, hasta los 5 últimos minutos íbamos por
delante en el marcador, nada y menos que 2 a 0, ¡a un Betis!
Bien
por cansancio, bien por relajación, por falta de concentración en esos últimos
minutos la gloria se nos escapó. Consiguieron empatar el partido y en la tanda
de penaltis consiguieron la victoria.
Honestamente,
para todos los que componemos el Staff técnico de este equipo el resultado fue
lo de menos, ver la evolución tan abismal y el potencial que demuestran uno a
uno estos futuros deportistas nos hace darnos cuenta que, aunque a veces cueste
verlo, el trabajo y el esfuerzo siempre trae resultados, siempre lleva consigo
aprendizaje.
En
cuanto al Máster, está resultando ser algo muy estimulante. De la mayoría de las
clases salgo contenta, notando que estoy aprendiendo y recordando conceptos que
estaban bien escondidos en mi memoria. Me surgen constantemente ideas nuevas y
tengo muchas ganas de poder aplicarlas. Una de las inquietudes que me tiene un
poco estresada es el hecho de encontrar un tutor y, posteriormente, cerrar un
tema para el TFM. Sobre todo, porque es de vital importancia cuando quiere
proseguir estudiando y realizar el doctorado. Una elección, una persona, un
tema y determinarán, prácticamente, lo que puede ser o no tu futuro en este
ámbito de investigación.
Da
mucho vértigo, cada vez que lo pienso se me pone un nudo en el estómago. Por
suerte ya he comenzado a barajar posibilidades, espero obtener alguna respuesta
afirmativa y tener un objetivo claro donde focalizar todos mis esfuerzos. Miedo
y ganas. Todo un mix de emociones que están bien situadas en mi barriguita y no
me dejan tranquila.
…
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