Dale un plus a tu concentración. Sé capaz de detectar solo lo relevante.



Expansión de la conciencia de Gauron (1984)

Esta técnica dota al deportista de mayor capacidad para cambiar el foco de atención y entender los diferentes estilos atencionales. Se lleva a cabo a través de varias etapas sucesivas, en las que el deportista alterna el foco de atención entre sensaciones corporales propias, sonidos externos, pensamientos y sentimientos:

En una primera fase, el deportista, cómodamente sentado, con los ojos cerrados, se concentra en su respiración, relajándose con respiraciones lentas y profundas. Es decir, empezaremos a controlar la respiración y a disminuir nuestra frecuencia cardíaca para entrar en un estado de relajación.

A continuación, el deportista se centra en lo que escucha alrededor. Primero, identifica cada sonido por separado, y después los percibe todos juntos. Aquí, buscamos que el deportista comience a tener conciencia plena de todo aquello que le rodea. Una forma de entrenar esta segunda fase, sería utilizando música que contenga muchos sonidos diferentes: puede ser de animales en el bosque, sonido relacionado con la playa o la montaña...
Lo importante es que el sujeto comience a concentrarse plenamente en aquellos sonidos que se generan a su alrededor y sea capaz de detectar el mayor número posible de ellos.

En la tercera etapa el deportista se centra en sus propias sensaciones corporales, primero por separado (calor, tensión de los músculos, grado de cansancio…) y después, debe percibir todas las sensaciones juntas. Es de suma importancia ser capaz de reconocer cómo estoy, aquello que tanto se menciona ahora "escucha a tu cuerpo". De eso se trata, tengo que ser capaz de identificar qué sensaciones corporales se están generando en mí.

En una cuarta estapa, el atleta tendrá que identificar sus pensamientos y sentimientos, fluyendo de modo natural. Luego ha de parar su mente, ponerla en blanco y tratar de relajarse. Primero le damos la oportunidad de que identifique todo aquello que pasa por su cabeza para, posteriormente, ser capaz de frenar todo ese flujo de pensamientos y centrar en el presente, intentando no tener pensamientos distractores. En caso de que le surgieran (algo muy normal, pues esta fase es la más dura), lo único que deberá hacer es dejarlos ahí, no prestarles atención.

Finalmente, realizar el ejercicio con los ojos abiertos, fijando la vista en un punto del entorno e intentando ver con la mayor claridad posible todos los detalles periféricos.

[Esta técnica practicada de forma regular les dará a nuestros deportistas una capacidad de concentración que no podrían si haber imaginado. Ser capaz de detectar qué estímulo es relevante por encima del resto de estímulos distractores para, de esta forma, analizar la situación de la forma más objetiva y tomar la decisión más adecuada. Lo que se traduce en una mejor ejecución y, por consiguiente, un mejor rendimiento.]

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