¿Quieres resultados? ¡Planifica ya!

¡Puesta a punto de nuestros jugadores!
Cuando se acerca la temporada comenzamos a pensar cómo planificar el trabajo que realizaremos a lo largo de la temporada, aunque en equipos de categoría sénior este periodo preparatorio es anterior, pues los entrenamientos suelen comenzar por estas fechas, para el resto de entrenadores de equipos de categorías inferiores estas semanas son claves para preparar todo el trabajo a realizar para la puesta a punto de los deportistas.
Una parte realmente importante y a la que nunca se le ha prestado la atención que merece es justo la PLANIFICACIÓN. Cuando trabajamos, sobre todo, con equipos de base solemos olvidarnos de hacer una planificación que nos guíe en el trabajo a realizar, no sólo a nosotros los entrenadores sino también que ayudará a guiar el propio trabajo de los deportistas. Aquí podemos incluir ejemplos de entrenadores de todas las edades, los jóvenes quizás por inexperiencia o falta de formación y los más mayores, a veces, por exceso de la misma y confianza de más en su trabajo realizado anteriormente. De hecho, es cuando avanzamos en formación, cuando realizamos cursos de mayor nivel y acudimos a distintas conferencias o charlas, que nos damos cuenta de la importancia de tener un plan de acción con nuestros deportistas. Y, lo que es más importante, aprendemos a cómo se planifica y, subiendo un nivel más, desarrollamos nuestra propia forma de planificar
A lo largo de la temporada pasamos por fases totalmente distintas que van a necesitar de diferentes recursos tanto físicos como mentales/psicológicos por parte nuestra como entrenadores y, por supuesto, por parte de los deportistas. 
Hoy nos centraremos en esta pre-fase, antes de que comenzar con el trabajo inicial físico y psicológico, y sí, habéis leído perfectamente, he dicho psicológico. Porque cuando "machacamos" (en el buen sentido de la palabra) a los deportistas en estas primeras semanas donde la carga física es superior y donde deben acondicionar su cuerpo de nuevo tras el parón veraniego también estamos entrenando sus habilidades mentales, es decir, entrenamos su capacidad de adaptación, su resistencia mental, su capacidad de superación, etc. Dependiendo de las cargas y el orden de los ejercicios que planteemos también podemos entrenar diferentes habilidades psicológicas, de hecho, de forma indirecta y quizás no consciente lo hemos estado haciendo todos los entrenadores siempre.
De forma que, una vez sabemos esto, deberemos de incluir dentro de nuestra planificación pre-pretemporada:
  • Qué habilidades psicológicas creemos poder entrenar
  • Cómo podemos entrenarlas o incluirlas en los entrenamientos físicos o de pista
  •  Y cuánto podemos entrenarlas, es decir, si las tendremos en cuenta durante todo los ejercicios o solo intentaremos trabajarlas en ciertos ejercicios.
  •  ¿Se debe competir en categorías base?
  •  ¿Qué edad es la adecuada para empezar a plantear objetivos de resultado?
  •  ¿Cuánto puede mejorar un deportista en técnica y táctica durante 9-10 meses de entrenamiento y competición, teniendo en cuenta si son entrenamientos grupales o individuales? Responde a esa pregunta y comienza a pensar en TODO lo que podrías enseñarle a un deportista en este periodo temporal.
  •  Una vez enumeres todas las habilidades que se pueden mejorar según la edad ordena cada una de ellas según su nivel de dificultad.
  •  Y por último, intenta ponerle unos plazos temporales que nos servirán de guía dentro de la planificación de trabajo de la temporada. No hay que frustrarse si los plazos no se cumplen, estos sólo nos sirven para tener una referencia del trabajo que debemos hacer.
Bajo nuestro punto de vista lo principal para poder realizar una buena planificación de trabajo será el diseño de los OBJETIVOS/METAS. Si no sabemos dónde queremos llegar con el equipo no podemos planificar qué queremos entrenar y con cuánta intensidad pero, además, debemos de tener claro dónde queremos que terminen nuestros jugadores mediante el trabajo individual. 
1. OBJETIVOS GRUPALES O DE EQUIPO: «Como capitán del barco, los entrenadores debemos saber dónde queremos llegar con el equipo, de otra forma podremos estar navegando sin rumbo..., unas veces iremos hacia el norte y ganaremos partidos, otras hacia el este, sur o el oeste». Eso no nos conviene pues tendremos a jugadores desmotivados que no sabrán muy bien cuál es la finalidad de cada partido. Por eso debemos tener muy claro cuál será la meta final del equipo en cuanto a resultados y rendimiento del mismo. Es importante diferenciar ambos tipos de metas, si planteamos el objetivo de terminar la clasificación entre los tres primeros estaremos hablando de metas de resultado, mientras que si hablamos de conseguir, por ejemplo, realizar correctamente una jugada combinada llamada “camiseta”, donde se entrelazan distintos elementos técnico-tácticos, independientemente del resultado de la misma (si es gol o no), simplemente centrarnos en la realización de la jugada y la ejecución de la misma, estaremos hablando de metas de rendimiento.
El hecho de plantear metas de resultado en categorías base puede ser un tema algo polémico (nos encanta escuchar las diferentes opiniones que se plantean acerca del mismo).
Nuestras respuestas:
Sí creemos que se debe competir desde la base pero no a cualquier precio, por supuesto (la ética deportiva es esencial, tanto tenerla como transmitirla).
Creemos firmemente que los valores que inculca el deporte son infinitos y aprender a ganar y perder es algo importantísimo, porque ¡No sólo enseñamos a los deportistas a ganar y perder partidos! Les enseñamos que en la vida, a veces, aunque uno se esfuerce durante mucho tiempo y entrene dando lo mejor que tiene, puede tener un mal día y no obtener los resultados esperados, o que en lugar de jugar usando sus habilidades técnicas individuales deberá aprender a ser generoso y entregar su talento a los demás porque le marcan de cerca. Les enseñamos a que si uno cree en sus posibilidades y trabaja duro, a veces, lo que a priori parecía imposible acaba siendo POSIBLE (nuestra frase preferida: "Si lo puedes soñar, lo puedes conseguir"); les enseñamos a que aunque den lo mejor de ellos puede que haya otros que hayan entrenado más o simplemente estén un escalón por encima, y deberán aprender a aplaudir ese esfuerzo y luchar por llegar a subir esos escalones que les faltan... Porque la vida profesional que les espera, porque la sociedad a la que se van a acabar enfrentando es justamente eso. Aprender a soportar los golpes, esforzarse por ser cada día mejor y no dejarse llevar de forma exclusiva por los resultados.
«Por lo que sí que se puede competir desde niños, sí que los niños deben saber lo que es ganar y perder, y somos nosotros, los entrenadores, los que debemos enseñarles a: primero, tener ambición y querer mejorar y conseguir una mejor versión de ellos mismos, y segundo, enseñarles que si se pierde un partido ¡NO PASA NADA!, simplemente se aprende de los errores para mejorar porque lo que nos hace felices, al fin y al cabo, es estar dentro del campo y dar el máximo, intentar sonreír dentro de la pista y, como todo, disfrutar del proceso de aprendizaje.»
Y defendemos firmemente que no hay mejor forma de enseñar el valor del esfuerzo, del sacrificio, de la generosidad, de la humildad o del compromiso que sea a través de un deporte de competición.
En cuanto a la segunda pregunta, ¿por qué no se va a poder competir a cualquier edad?, como hemos dicho antes, lo importante es que no se compita a cualquier precio. Los niños, desde pequeños, pueden e, incluso, podríamos decir que deben aprender lo que es competir, deben aprender a ganar y perder pero, sobre todo, deben aprender a disfrutar haciendo ambas cosas, disfrutando del proceso. De hecho, la mayoría de ellos aprenden a competir jugando con máquinas con videojuegos, ¿no es mejor que lo aprendan a través del deporte?
Por supuesto que conforme se vayan haciendo mayores la competición irá adquiriendo otros matices, pero si conseguimos formar a deportistas honestos, con fuertes valores deportivos, capaces de ser ambiciosos y querer buscar una victoria pero, a la vez, sean humildes y sepan reconocer el esfuerzo y el trabajo ajeno, estaremos haciendo no sólo deportistas sino PERSONAS completas, cosa que no viene mal en esta sociedad llena de mentiras, corrupción y envidias.
Claro que, no es lo mismo un niño que se apunta a hacer deporte porque le apasiona, a un niño que se apunta porque sus amigos juegan en ese equipo o porque sus padres quieren simplemente que se ejercite. Evidentemente las motivaciones intrínsecas son muy diferentes en cada caso y será más o menos complicado incluir el ambiente competitivo en los equipos. Pero nosotros como entrenadores y coaches (o guías) tenemos el “SUPERPODER” de conseguir que sus motivaciones intrínsecas cambien y se desarrollen valores internos a través de la actividad físicaTener ambición, entusiasmo, compromiso, sentirse identificado con el equipo, ser generoso y humilde, serán los principales objetivos a plantearse con los niños a nivel base. Y todos estos valores creemos que se aprenden mejor en situación real de competición. Cuando hablamos de situación real de competición excluimos totalmente el hecho de que para ganar solo deben jugar algunos niños o que como entrenadores nos centremos exclusivamente en los deportistas que ya tienen habilidades desarrolladas o mucho talento, como hemos repetido en varias ocasiones no todo vale. De hecho, un entrenador que no es capaz de ver el potencial de todos y cada uno de sus jugadores y explotarlo haciendo que haya una mejora sustancial no es un buen entrenador; y menos es un entrenador capacitado para trabajar con categorías inferiores.
2. OBJETIVOS INDIVIDUALES: "En la base debemos centrarnos en formar a los deportistas", esa frase está muy bien pero ¿formar cómo?, lo que queremos decir es, si te propones que los deportistas simplemente aprendan o se formen, puedes estar satisfecho con un niño que consiga dar tres pasos, salte y lance en balonmano, o consiga hacer un zig-zag sin que el balón se separe de su pie en fútbol, o, por lo contrario, podrías ir más allá e intentar enseñar elementos técnicos o tácticos más complicados.
Por ello, debemos plantearnos objetivos de rendimiento a nivel individual, diferenciando cada uno de los jugadores, a partir de los cuales podamos dotar a los deportistas de un amplio espectro de habilidades y consigamos sacar el máximo partido a cada uno de ellos.
➡La semana que viene os traeremos ejemplos prácticos de planificación de objetivos a Largo, Medio y Corto Plazo; cuándo presentárselos a los jugadores y cómo incluir a nuestros deportistas en ellos para aumentar su motivación, compromiso y adherencia.
¡Esperamos que os haya resultado interesante este post y, sobre todo, que os haya sido de utilidad!

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